Dicen que la vida tiene dos momentos extraordinarios, uno cuando naces y otro cuando descubres para qué. En el 2004 nació mi hijo y la vida me regaló la oportunidad de reaprender lo aprendido.
Al tener que afrontar todos los retos y miedos que compartimos todos lo que nos dedicamos a la maravillosa tarea de educar, comencé a formarme en varias áreas que lograron dar resultados extraordinarios en mi vida familiar.
En Coaching para lograr mejorar mi nivel de autoconocimiento y saber el tipo de madre que quería ser, en Comunicación No Violenta para adquirir una nueva forma de comunicarme de manera positiva y eficaz, en Disciplina Positiva para ponerme en los zapatos de mi hijo y así poder empatizar y comprender su comportamiento, en Neuroeducación para estar informada de su desarrollo evolutivo y las etapas en su proceso madurativo y en Cuentoterapia y otras terapias naturales para mejorar su salud, alimentación y bienestar físico y mental, introduciendo así pautas de vida saludable en sus rutinas.
Todo este camino no tendría sentido sin compartir este aprendizaje con todo el que quiera como yo desaprender.
Creo firmemente en la fuerza interior de cada persona, el miedo a equivocarnos, a cambiar o a defraudar son normales, pero ese desafío a nuestros propios límites o creencias se consigue empoderandose y no hay nada más efectivo que la formación para conseguirlo.