- Salir de la zona de confort al estar acomodados en lo que sabemos y que nos enseñaron así.
- Satisfacción y coherencia entre lo que pensamos, decimos, hacemos y sentimos.
- Relacionarnos y comunicarnos de manera más positiva y eficaz.
- Alinearnos con el estilo de crianza y educación que deseamos.
- Llegar a acuerdos sobre los criterios de educación con nuestra pareja o familia.
- Gestionar eficazmente los conflictos, encontrando recursos y alternativas respetuosas que se enfoquen en soluciones y no en los problemas.
- Abordar el día a día con cariño y firmeza estableciendo límites respetuosos.
- No usar el castigo, el chantaje, la amenaza o el grito para que nuestro hijo tenga motivación intrínseca y no se motive por el premio.
- Fomentar en los hijos el deseo de aprender y emprender.
- Llegar a acuerdos que respeten las necesidades de todos los miembros de la familia.
- Aprender a ganárselos en vez de ganarles.
- Alcanzar un elevado nivel de conexión y confianza.
- Tomar conciencia de nuestro estilo educativo.